Terremotos; tsunamis en las costas del Pacífico y Atlántico; erupciones volcánicas; incendios forestales; evaporación de ríos; explosiones de centrales nucleares. Todo comenzó a colapsar. Los ecosistemas ya no resistían el daño, la muerte se expandía por el planeta.
Estallaron guerras por los recursos naturales, por el control de la energía eléctrica. Enfermedades se esparcieron por el planeta, sin posible control. Se cree que en el transcurso de los 20 años ha muerto el 40% del total de población humana estimada en 2014. Y los héroes no pudieron hacer nada.
La gente resistió. La gente luchó.
Nuevos tipos de humanos nacieron, se adaptaron. El poder estaba en quién podía ejercerlo. La ley del más fuerte manda. Algunos hacen el bien. Otros simplemente sobreviven.
Pero hay un rumor. La última esperanza de la humanidad radica en un código capaz de hacer funcionar una máquina construida con los últimos recursos de la ciencia, en los últimos años del antiguo mundo.
La máquina es capaz de devolverle la energía al planeta para que se estabilice, y recupere su vida.
Muchos la buscan, pero su ubicación y funcionamiento están escondidos en las sombras de la ignorancia y los mitos. Pero Nadie se rinde"

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